Entendemos la disfemia o tartamudez como un trastorno de la fluidez del habla que se caracteriza por una expresión verbal interrumpida en su ritmo de un modo más o menos brusco. Los sujetos con disfemia normalmente utilizan “muletillas” verbales, emiten frases incompletas, abusan de sinónimos, tienen miedo a hablar, presentan alteraciones en la respiración…
El trastorno puede aparecer en el niño en diferentes momentos, dependiendo de la edad en que se presente. Si aparece a los 3 años, que es cuando el lenguaje se organiza de una manera más formal, hay que evitar los intentos de corregirle. Si es a los 5 años, se puede realizar una intervención orientativa hacia padres y profesores para evitar situaciones de angustia y ansiedad. Pero si se manifiesta a los 10 años, se debe realizar una intervención directa.
Existen tres tipos de disfemia:
– Disfemia clónica: caracterizada por las repeticiones de sílabas y palabras enteras.
– Disfemia tónica: aparecen interrupciones ocasionadas por espasmos, rigidez y tensión facial.
– Disfemia mixta: es el tipo más frecuente, que combina las dos anteriores.
Es esencial que los padres de niños con disfemia ayuden en gran medida a sus hijos e hijas haciendo uso de las siguientes instrucciones básicas:
- Aprender a no reaccionar mal ante el niño que tartamudea.
- No se le ha de reñir, censurar, criticar ni ridiculizar.
- Evitarle al niño todo tipo de situaciones de tensión.
- Darle tiempo a que termine la frase. No adelantarse ni interrumpirle.
- Darle conversación y animarle a hablar en situaciones de no tensión.
- Leer cuentos junto con el niño, comentar lo que se ve en la TV, hablarle de cosas que le interesen e interesarse sobre lo que hace en el colegio.
- Procurar que cada noche se acueste contento y relajado.
- Hablar con él más despacio, con pausas más largas y un tono dulce.
Beatriz Sáez Ramos, maestra especialista en Audición y Lenguaje S.P.E. A-11.Entendemos la disfemia o tartamudez como un trastorno de la fluidez del habla que se caracteriza por una expresión verbal interrumpida en su ritmo de un modo más o menos brusco. Los sujetos con disfemia normalmente utilizan “muletillas” verbales, emiten frases incompletas, abusan de sinónimos, tienen miedo a hablar, presentan alteraciones en la respiración…
El trastorno puede aparecer en el niño en diferentes momentos, dependiendo de la edad en que se presente. Si aparece a los 3 años, que es cuando el lenguaje se organiza de una manera más formal, hay que evitar los intentos de corregirle. Si es a los 5 años, se puede realizar una intervención orientativa hacia padres y profesores para evitar situaciones de angustia y ansiedad. Pero si se manifiesta a los 10 años, se debe realizar una intervención directa.
Existen tres tipos de disfemia:
– Disfemia clónica: caracterizada por las repeticiones de sílabas y palabras enteras.
– Disfemia tónica: aparecen interrupciones ocasionadas por espasmos, rigidez y tensión facial.
– Disfemia mixta: es el tipo más frecuente, que combina las dos anteriores.
Es esencial que los padres de niños con disfemia ayuden en gran medida a sus hijos e hijas haciendo uso de las siguientes instrucciones básicas:
- Aprender a no reaccionar mal ante el niño que tartamudea.
- No se le ha de reñir, censurar, criticar ni ridiculizar.
- Evitarle al niño todo tipo de situaciones de tensión.
- Darle tiempo a que termine la frase. No adelantarse ni interrumpirle.
- Darle conversación y animarle a hablar en situaciones de no tensión.
- Leer cuentos junto con el niño, comentar lo que se ve en la TV, hablarle de cosas que le interesen e interesarse sobre lo que hace en el colegio.
- Procurar que cada noche se acueste contento y relajado.
- Hablar con él más despacio, con pausas más largas y un tono dulce.
Beatriz Sáez Ramos, maestra especialista en Audición y Lenguaje S.P.E. A-11.
Aula Familiar és un equip format per professionals especialistes en Psicologia, Pedagogia i Audició i Llenguatge.